José A. Vallejo

Caramelos y chicos malos

11 diciembre de 2022 - 4 febrero de 2023

Galería Zunino | Sevilla, España


NOTA DE PRENSA

Título exposición: “Caramelos y chicos malos”

Duración: Del 11/12/22 al 04/02/23

Artistas: José Antonio Vallejo

Texto: José León Calzado

Diseño del cartel: Ángel Pantoja

Organizan: Galería Eldevenir + Galería Zunino

Lugar: Avenida Isaac Albéniz, 3. 3º A1. 29770 Torrox (Málaga)

Inauguración: Sábado 11 de diciembre

Horario habitual: De martes a viernes de 17 h a 21 h. Sábados de 11h a 14h.

      La exposición “Caramelos y chicos malos” supone todo un punto de inflexión en la trayectoria de José Antonio Vallejo Serrano (Madrid, 1984), donde una vez más nos invita a bucear por su cosmos, despegando de lo fetichista y cotidiano a lo universal y trascendente. En esta exposición, compuesta por 50 obras de dibujo sobre papel y una pieza textil, el artista se revisa a sí mismo y se atreve a fusionar su inconfundible imaginería, concibiendo escenas que en su poética visual tocan nuestro inconsciente a través de la ironía, el morbo, la diversión, la perversión o la antipatía. Lo hace fiel a su estilo de sofisticación en el dibujo, decorativista en el ritmo, atractivo en el color y elocuente en la composición. Salta del clasicismo mediterráneo al pop, mientras pasa por el realismo y sobre todo por el surrealismo, manteniendo así esa figuración seductora tan identificativa del autor.

Al buscarse a sí mismo y contárnoslo en cada obra, Vallejo nos devuelve las alegorías infantiles a un presente adulto como estímulo de reafirmación en la sociedad diversa del siglo XXI. En sus creaciones están nuestros enigmas, inquietudes, deseos y pudores, que se nos brindan no como un discurso complejo, sino como una lección espontánea acerca de nosotros mismos. Vallejo es claro y su arte al servicio del mundo interno un arma invencible para sustituir los prejuicios por el ánimo de vivir.

Durante su infancia, Vallejo respondió a lo irascible de la vida expandiendo un universo interior como refugio y superación, que en su madurez mantiene como actitud ante la realidad. Parafraseando a Gautier, diríamos que sus obras son traducciones en clave simbólica de ese espacio onírico construido con elementos de felicidad y deseo, que satisfacen la necesidad de libertad, naturalidad y consuelo.

Cada trabajo encierra la esencia de ser algo único, es una confesión íntima sobre su historia, una ventana a su universo propio, una porción de su gran creación: una personalidad rica, optimista y profunda como la mayor fuerza del ser humano. Lejos de hacer de él un artista exclusivista, todo ello ha espoleado su capacidad de acción y su originalidad, generando un arte sumamente sensible, directo y sincero, que hechiza rápidamente por su expresividad y conmueve por su significado.

“Mi obra tiene un fuerte carácter narrativo. Mis personajes hablan de una historia personal a través de frases comunes a todos, pretendiendo conectar lo cotidiano con lo trascendente, creando así un proceso que va de lo personal a lo universal”. José Antonio Vallejo Serrano.


“La preparación”. José Antonio Vallejo


HOJA DE SALA

Propasar lo normativo nunca fue fácil, sobre todo para aquel José Antonio Vallejo (Madrid, 1984) de los ochenta al otro lado de la  entonces insondable M40. Su vitalidad no tuvo otra que el entretenimiento con su juguete favorito y el refugio en un mundo interior. Desde sus comienzos cumplió decididamente el propósito artístico de Gautier, sus obras son traducciones en clave simbólica de una realidad onírica construida con elementos de felicidad y anhelos, que satisfacen la necesidad de libertad, naturalidad y consuelo.

Frente a una conciencia social, que nos olvida como individuos únicos, el ejercicio de Vallejo, al buscarse a sí mismo y contárnoslo en cada obra, nos demuestra que nuestro interior nos convierte en seres excepcionales. En cada trabajo confiesa su individualidad a la sociedad diversa del siglo XXI, evidenciando que una personalidad optimista, sólida y rica en referentes es la mayor de las fuerzas.

En un momento muy interesante de su trayectoria, a través de “Caramelos y chicos malos”, José Antonio Vallejo nos invita una vez más a viajar de lo cotidiano y personal a lo trascendente y universal desde su mundo. Marcándose un punto de inflexión, revisa aquí las claves de su estilo: su reconocible imaginería, símbolos habituales y series temáticas. Todo ello ha experimentado ahora una suerte de fusión, logrando una mayor fuerza de impacto y forjando una poética visual tan íntimamente sujeta a las circunstancias personales del autor, como abiertamente familiar para los espectadores.

Al agrupar las obras en nebulosas metafóricas de lo imaginativo, esta exposición se despliega a modo de reunión espontánea de recuerdos, donde cada dibujo se ofrece como una creación irrepetible y también como una porción de una obra mayor, su mundo. Pese a la sensibilidad imperante, en Vallejo no hay nihilismo ni añoranza, sino sobredosis de inquietud, ilusión y lucidez estimulada por la experiencia personal. Cada pieza nos revela un ambiente a veces fantástico, realista, irónico, incongruente, morboso o antipático, pero siempre inesperado. Lejos de resultar excluyente, nos hechiza con ese espíritu fascinante que le empujó a crear otra realidad de niño y a mantenerla de adulto como la capacidad más sorprendente del ser humano.

En cada obra, como autoridad suprema de su mundo, Vallejo se permite exprimir su iconografía de personajes y objetos para extraer la riqueza de sus significados, jugar al desconcierto y tocar el inconsciente. Las escenas carecen de paisajes para encuadrarse en espacios metafísicos, donde asisten lo profundo, lo atractivo y lo perverso, aunque en ocasiones el literario bosque parece arrancar un “érase una vez”. Las fiestas son sexualmente explícitas y aparentemente absurdas, McDonald es un exvoto a la diversión, los fantasmas turban como malos augurios, el maniquí inquieta, Zeus es hipócrita y las golosinas y peluches nos sosiegan. Dueño de su cosmos, deforma las figuras como si de un fenómeno natural se tratase para declamar lo íntimo. Lo contradictorio, lo prohibido y lo amable se congregan en “alucinaciones gráficas” provocadas por la imaginación de quien busca respuestas frente a uno mismo y a la situación que le rodea. Con todo ello, un Vallejo intelectual se recrea en el esperpento valleinclaniano que todo buen madrileño posee, ilustra perfectamente la teoría de Nietzche sobre el mundo interior, lo fabula cual Boticelli y nos lo inculca como el caprichoso Goya.

La meticulosidad hace de la técnica un manifiesto existencial. No renuncia a influencias tradicionales ni a las raíces clásicas para la representación subjetiva de hechos que podrían ser aparentes, pero que descubiertos se manifiestan como binomios de presente/futuro, realidad/fantasía, sueño/odio. Vallejo ejecuta con pasión decorativa; es sofisticado en la supremacía del dibujo, lúcido en el orden compositivo, claro en la intención narrativa y audaz en la confrontación cromática. Formas simples, contornos marcados, contrastes intensos, símbolos y escenas de cuento y vida arman un estilo único que va intrínseco a su firma y que se reconoce como distintivo del autor.

Ni visión ni reproducción, el arte de Vallejo es producto del intelecto. Devuelve metódicamente alegorías infantiles a un presente adulto, que necesita reafirmación para resolver los enigmas, inquietudes y deseos diarios. La contemplación estética y la lectura de símbolos propician la introspección a través del fetiche, del humor, del placer y del miedo. La exposición nos enseña que el mundo interior con sus asociaciones, por muy ilógicas y vergonzantes que nos resulten, contribuye a vencer la opresión psíquica y social. Vallejo es claro y su arte una invencible arma para sustituir los prejuicios por el ánimo de vivir.

José León Calzado

“Sin prisa pero sin pausa”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Bajo el sicomoro”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Muñeco Hinchable en llamas 1” y “Muñeco hinchable en llamas 2”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 29,7 x 21 cm

“Tan cierto como el aire que respiro” y “Muñeco hinchable en llamas 4”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 29,7 x 21 cm

“Bajo el sicomoro”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Qué chico tan risueño” y “Las fiestas”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 38 x 28 cm

“Muy poco a poco”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel envejecido con café, 29,7 x 21 cm

“Es lo que queremos ver”, 2021. José Antonio Vallejo.

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Hahnemüle de 130 g, 70 x 100 cm

“Un montón de nada”, José A. Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa libre de ácidos de 250 g, 38 x 56 cm

“Dancing with myself”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Hora de aventuras” y “Ya no hay nada que arreglar”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 56 x 28 cm y 40 x 26 cm

“Le pondremos una trampa”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Me fuiste dejando pistas”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“El cementerio”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“El beso, “Bajo la cabeza de la piñata”y “Tenías que ser tú”, José A. Vallejo

“Le pondremos una trampa”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 35 cm

“La persecución”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 38 x 56 cm

“Como una ola”. José Antonio Vallejo Serrano

Rotulador y acrílico sobre papel Super Alfa de 250 g, 70 x 50 cm

“Señales. Stop in the name of nudes” y “Menos caramelos para los chicos malos”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 38 x 28 cm y 50 x 35 cm

“La fábrica de nudes”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 50 x 70 cm

“Otro totem más”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 56 x 38 cm

“Let´s docking”. José Antonio Vallejo

Rotulador acrílico y grafito sobre papel Super Alfa 250 g, 28 x 38 cm

 

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